4 de octubre de 2008

Los Hikikomori

Los hikikomori aparecieron en nuestro país después de la crisis de 2001 y aunque cada día son más, la mayoría de ellos tiene un diagnóstico de depresión o de fobia social que concluye en medicación y, muchas veces, en internación.
Los hikikomori son mayormente jóvenes de entre 13 y 20 años, varones y primogénitos de familia de profesionales. Jóvenes brillantes que un día se hartaron de no jugar al fútbol como sus padres querrían. Que se hastiaron de nunca destacar lo suficiente en la escuela ante la mirada de la madre. Ni de dibujar con perfección o de ganar todos los partidos de ajedrez.
Son chicos que un día colgaron los botines para recluirse en una habitación repleta de tecnología y que pueden recluirse allí hasta varios años.
A diferencia de los esquizofrénicos, que tienen delirios y alucinaciones, el hikikomori no quiere salir.






La sensación de los hikikomori es que si hacen algo, a los ojos de sus papás, van a fracasar. No se sabe muy bien por qué deciden encerrarse. Pero todos son hijos de padres que les exigen que hagan lo que ellos no pudieron. Por lo mismo, un día deciden autoencerrarse y eso, al principio, les da alivio. No socializan con nadie ni quieren salir a ningún lado.
El encierro se produce porque se sienten indefensos e inseguros. Incapaces de afrontar la realidad. Se sienten solos en este mundo, perseguidos, observados y cuestionados.
El fenómeno hikikomori nació en Japón en los 90, y allí afecta a 1.200.000 adolescentes ultraexigidos por una madre sobreprotectora, un padre ausente y una sociedad que demanda competitividad, rendimiento y alto consumo. Los criterios para detectar el hikikomori en un adolescente son: Se aislan progresivamente, hasta el autoencierro. Muestran desinterés por los proyectos anteriores y también por el futuro. Evitan las situaciones públicas o a los desconocidos. Se oponen absolutamente a salir de la casa o a recibir visitas. Descuidan su higiene y ropa. Sus únicas actividades e intereses son los juegos de PC y de las consolas. La mayoría de los padres de los hikikomori no asumen su responsabilidad en el padecer de su hijo. Con el tiempo comprenden que es una problemática de origen familiar y que todos necesitan ayuda.

Pompeya

Es otro de los barrios porteños que ha quedado y está aún prendido de los corazones de muchos de sus habitantes. Es industrial y obrero, sus viviendas unifamiliares son bajas, y casi no se ven edificios de departamentos. Antes se llamaban conventillos, ahora son villas de emergencia, lugares habitados por gente con escasos recursos que viene de las provincias o de otros países linderos, que viven en condiciones insalubres y a veces lamentables. Su población es de carácter cosmopolita y lo que es característica común a todos es su carácter religioso.
Con la ley de federalización de Buenos Aires en 1887, Pompeya se incorpora a la Capital al formar parte del partido de Flores, que se anexa junto con Belgrano.

La Av. Saenz queda como límite de la ciudad en ese año. Su nombre se lo ha dado la capilla instalada en 1900, con el nombre de Virgen del Rosario de Pompeya. Más tarde, en 1938 se inaugura el puente de Burgos, luego llamado Puente Alsina y actualmente Puente Uriburu.
La Av. Sáenz era llamada "camino de los huesos" porque en ella quedaban los restos de los vacunos muertos antes de llegar al matadero del actual Parque Patricios.
Fue un barrio peligroso, que en la década del 10, los obreros desde sus conventillos, respondían a la policía con piedras y botellas de manera que lo convertían en agresivo y pendenciero.Cabe señalar en su historia, la Semana Trágica de enero de 1919 donde los obreros se alzaron en una huelga contra la fábrica metalúrgica de Pedro Vasena e hijos, con el trágico resultado de 4 obreros muertos. Algunos, armados, trataron de asaltar las comisarías de la ciudad y Puente Alsina fue testigo de un intenso tiroteo que dejó a su vecindario hundido en el miedo y el dolor.


Algunas construcciones destacadas
Puente Alsina: El Puente Teniente General José Félix Uriburu, conocido como Puente Alsina se llamó al principio Paso de Burgos. Su arquitectura es neocolonial y en él se albergan dependencias de diferentes instituciones nacionales. Es de color ocre, combinado con blanco y está revestido por mayólicas de colores azul y blanco. Este puente prolonga la Av. Sáenz, arteria principal de Nueva Pompeya, y va atravesando sucesivamente Centenera, 27 de Febrero, el Riachuelo, las vías del ferrocarril, hasta terminar en la provincia de Buenos Aires.
Colegio Luppi: inicia sus actividades en 1887 en Centenera y Esquiú, ampliándose más tarde hasta Tabaré y Lanza. Homero Manzi cursó estudios en esta escuela.
"La Antigüa Blanqueada": aunque realiza otras actividades, en Av. Sáenz y Roca. En este lugar, comenzó siendo un punto de encuentro de compadritos, malevos, y guitarristas. Luego se transformó en una conocida y concurrida fonda y después un almacén de ramos generales.
Otra pulpería famosa fue la de María Adelia en Av. La Plata y Corrales, tenía un patio tan grande que en 1880 durante la lucha por la capitalización de Bs. As. fue convertido en Hospital. Algunos sostienen que allí nació el tango. Lo que no es discutible es que fue uno de los sitios donde más se lo interpretó.


Personajes célebres
Homero Manzi: el gran poeta vivió como pupilo en Nueva Pompeya, y como ex alumno compuso "Barrio de Tango y Sur", donde deja sus impresiones del barrio.
González Tuñón: nombra en sus poesías a seres y cosas de Puente Alsina.
Julián Centeya: inmortalizó el barrio como Carlos de la Púa, Tagle Lara, Alfonsina Storni y Silvina Ocampo, entre otros.
Natalio Ringo Bonavena: boxeador de peso pesado. Trabajó de repartidor de pizza y vendedor de Coca Cola en el estadio de Huracán. En la adolescencia, a los 16 años, después de ser expulsado del club San Lorenzo de Almagro, comenzó a entrenar en el Club Atlético Huracán, del que era simpatizante y en 1959, con 17 años de edad, debutó como amateur en el Club Unidos de Pompeya. Una calle de este barrio lleva su nombre.

Curiosidades
El barrio tiene su emblema representado por: una imagen de la iglesia de Pompeya, el puente Uriburu (ex puente Alsina), un farol de arrabal, con un bandoneón antiguo con el distintivo "argentino" y un árbol representando a la naturaleza toda con su ramaje abrazando el barrio. También en él se pueden ver a un estudioso ciudadano apretando la mano en un sentido saludo con el brazo vigoroso de un obrero.
"la esquina del herrero barro y pampa..." del tango Sur era la casa y taller de un herrero sita en la calle Centenera del barrio de Pompeya.