18 de octubre de 2008

No todo es tan malo en Internet

Las búsquedas en internet mantienen en forma el cerebro a medida que envejecemos, según reveló un estudio norteamericano, lo que podría ayudar a estimular y hasta mejorar el funcionamiento cerebral.
Las conclusiones forman parte de una investigación realizada con resonancia magnética funcional por científicos de la Universidad de California, en Los Ángeles.

Los científicos han descubierto que para los ancianos y los adultos de mediana edad que navegan por la red, hacer búsquedas activa los principales centros del cerebro que controlan la toma de decisiones y el razonamiento complejo.
Según explican los resultados del estudio son alentadores; las tecnologías informatizadas podrían tener efectos psicológicos y posibles beneficios para la mediana edad y los mayores. La búsqueda en internet supone una complicada actividad cerebral, que podría ayudar a ejercitar y mejorar el funcionamiento cerebral.
En el estudio participaron 24 voluntarios con funciones neurológicas normales de entre 55 y 76 años. La mitad de los participantes del estudio había ya experimentado con las búsquedas en internet y la otra mitad no tenía experiencia. Aspectos como la edad, el nivel educativo y el género eran similares entre ambos grupos.
Los participantes realizaron búsquedas de webs y tareas de lectura de libros mientras eran sometidos a resonancia magnética funcional, que registró los cambios sutiles en el circuito cerebral durante estas actividades.
Todos los participantes del estudio mostraron una actividad cerebral significativa durante la tarea de lectura, demostrando el uso de regiones que controlan el lenguaje, la lectura, la memoria y las habilidades visuales, que están localizadas en las áreas temporal, parietal, occipital y otras regiones del cerebro.
Pero los voluntarios con experiencia previa registraron un aumento dos veces mayor de la activación cerebral en comparación con aquellos con poca experiencia navegando por la red.
El descubrimiento más sorprendente fue que la búsqueda en internet parece involucrar una mayor extensión del circuito neural que no se activa durante la lectura, pero sólo en aquellos con experiencia anterior en internet.

El Día de la Madre

Las primeras celebraciones del Día de la Madre se remontan a la antigua Grecia, donde se le rendían honores a Rhea, la madre de los dioses Zeus, Poseidón y Hades, entre otros. Los romanos llamaron a esta celebración La Hilaria cuando la adquirieron de los griegos. Se celebraba el 15 de marzo en el templo de Cibeles y durante tres días se hacían ofrecimientos.
Los primeros cristianos transformaron estas celebraciones a la Diosa Madre en honor a la Virgen María, la madre de Jesús. En el santoral católico el 8 de diciembre se celebra la fiesta de la Inmaculada Concepción, fecha que se mantiene en la celebración del Día de la Madre en algunos países como Panamá.
En el siglo XVII, en Inglaterra tenía lugar un acontecimiento similar, honrando también a la Virgen, que se denominaba Domingo de las Madres. Los niños concurrían a misa y regresaban a sus hogares con regalos para sus progenitoras. Además, como muchas personas servían a acaudalados señores, muchas veces lejos de sus hogares, el día era no laborable pero pagado para que pudieran concurrir a sus terruños a visitar a sus familias.
En Estados Unidos, en cambio, la celebración tiene sus orígenes hacia 1872, cuando Julia Ward Howe, autora del Himno de batalla de la República, sugirió que esa fecha fuera dedicada a honrar la paz, y comenzó celebrando cada año encuentros en la ciudad de Boston, Massachusetts en celebración del Día de la Madre.
Este hecho aislado se vio acompañado por la iniciativa de una joven, Anna Jarvis, hija de Anna Reeves Jarvis, una activista comunitaria de Virginia Occidental, que hacia 1858 tuvo activa participación en la organización de las mujeres para trabajar en la mejora de la sanidad pública en las comunidades apalaches durante la Guerra Civil Estadounidense, colaborando también en el cuidado de los heridos de ambos lados de la contienda y, más tarde, organizando reuniones para que los antiguos enemigos se integraran y confraternizaran.
Anna, que perdió a su madre en 1905, comenzó a enviar cartas a políticos, abogados y otras personas influyentes solicitando que se consagrara Día de la Madre el segundo domingo de mayo.
Para 1910 ya se celebraba en muchos estados de la Unión, y en 1912 logró que se creara la Asociación Internacional Día de la Madre con el objetivo de promover su iniciativa. Finalmente, en 1914, el Congreso de Estados Unidos aprobó la fecha como el Día de la Madre y la declaró fiesta nacional, lo cual fue apoyado por el Presidente Woodrow Wilson. Más tarde otros países se adhirieron a esta iniciativa y pronto Ana pudo ver que más de 40 países del mundo celebraban el Día de la madre en fechas similares.
Sin embargo, la festividad impulsada por Ana Jarvis comenzó a mercantilizarse, de manera tal que se desvirtuaba el origen de la celebración. Esto motivó a que Ana presentara una demanda, en 1923, para que se eliminara la fecha del calendario de festividades oficiales. Su reclamo alcanzó tal envergadura, que hasta fue arrestada por disturbios durante una reunión de madres de soldados en lucha, que vendían claveles blancos, el símbolo que Jarvis había impulsado para identificar la fecha. Ana luchó con insistencia contra la idea que ella misma había impulsado, perdiendo todo el apoyo de aquellos que la acompañaran inicialmente.